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Disciplina (y disciplina doméstica)

Los que me conocen desde hace muchos años saben que si hay un tema que me fascina es este y últimamente veo más y más avisos de gente joven buscando encuentros de disciplina, o disciplina doméstica, y me parece fantástico. ¿Por qué? Porque es el “núcleo” de nuestra práctica, la forma que engloba todos los aspectos grandes y pequeños, rituales, motivos, escenarios, etc. de esto que tanto nos gusta. Pero debe ser real, si no es spanking pero no disciplina.

En resumen se trata de castigos reales, o con motivos reales. Esos castigos pueden ser azotes, nalgadas, chirlos, como sea que los llamemos, pero también pueden tomar muchas otras formas variadas (como tiempo en el rincón, o escribir líneas, o un texto, o incluso otras formas más creativas según la falta cometida o la creatividad del disciplinador).

Son castigos, no se supone que la que los recibe los vaya a disfrutar en ese momento puntual (y es probable que luego tenga dificultades para sentarse). No obstante se establece una dinámica que es “necesaria” o “equilibradora”. O que, como mínimo, ofrece muchos disparadores relacionados con ciertas fantasías que son muy profundas. No voy a hablar de sexo en esta entrada porque si bien hay algo sexual que atraviesa todas nuestras prácticas, en este caso lo sexual tradicional está postergado para dejar lugar a que pase otra cosa.

Vamos a detallar algunos puntos que hacen a una sesión de disciplina (o su variante disciplina doméstica) y que la diferencian de otras formas de spanking más sensuales, pero antes una aclaración:

Si bien se trata de un castigo (en el imaginario y en el contrato tácito de las dos personas) siempre debe haber consentimiento y se debe tener bien clara la palabra de seguridad. Ya sabemos, por las dudas, aunque en la fantasía no forme parte de la escena.

Las reglas y el ritual

En un encuentro de este tipo es muy necesario que haya pautas claras sobre la relación: cómo se debe responder y cómo se debe actuar en determinadas circunstancias. Todo esto forma parte del ritual y es FUNDAMENTAL porque hace que la persona que va a recibir el castigo tenga el estado mental necesario para no digo disfrutarlo, porque vamos a intentar que no lo disfrute tanto, pero para que al menos tenga una buena experiencia. Al final es un castigo y debe vivirse y sentirse como tal.

No obstante no puede ser algo solamente físico. El spanker no es un verdugo que ejecuta a perfecta distancia emocional (o no debería serlo).

En cuanto a las reglas hay reglas generales, como no desobedecer abiertamente, no mentir, no hacer berrinches, no responder mal, no hablar con lenguaje inapropiado (después de todo estás por recibir un castigo), todas bastante obvias.

Después hay reglas específicas para cada uno: las metas, las cosas que queremos cambiar. Las más comunes a la edad de ir a la universidad están relacionadas con estudiar, no faltar a clases, dar los exámenes, etc. Pero después hay reglas puntuales y personales. Esto se define a partir de una negociación, un intercambio que debe ser aceptable para las dos partes.

No es todo mágico y sencillo. La spankee debe aprender a escuchar y obedecer. Esto no viene casi nunca con el paquete ya que por lo general las spankees son bastante rebeldes. Su “fantasía” es una cosa y la realidad por lo general es otra. Por eso es importante hablar de las fantasías, incluso cuando se trate de un castigo “real”.

Además la spankee debe querer que esas metas se cumplan, debe desearlo incluso. No puedo poner énfasis en esto lo suficiente, si es algo que no quiere cambiar no importa cuántos castigos reciba, no va a hacerlo.

Para la escena (para entrar en el rol) puede ser necesario vestirse y actuar más formalmente. En todos los casos hay que cambiar la charla coloquial y divertida usual y tomar distancia. Es una conversación seria que tiene mucho de interrogatorio, porque la spankee no solo debe aceptar sino “decir”, poner en palabras, algunas cosas: por qué está en la situación en la que está y qué va a pasar ahora.

Disciplina o disciplina doméstica

Se usan casi indistintamente. Pero la disciplina doméstica tiene que ver con lo cotidiano, con los correctivos que se aplicaban en las casas. Por eso los instrumentos que se usan también son del universo de lo doméstico, como la mano, el cepillo, la zapatilla, el cinto, etc. E incluye ciertos aspectos de contención emocional y cercanía afectiva. La relación con la spanker recuerda un poco a una “tía” o una amiga muy íntima de la familia. En este grupo también se incluyen, por supuesto, todas las relaciones de pareja, la típica donde el “marido que azota a la esposa” (o viceversa) y la pone en vereda. Y las relaciones de ageplay (daddies, mommies, littles, etc.,) de todo tipo también se incluyen en esta categoría.

Pero si hablamos de disciplina a secas tenemos la figura del “mentor”, que es una especie de consejero o guía (que a mi me gusta mucho) que orienta pero castiga cuando es necesario. Este vínculo recuerda un poco a los castigos escolares (y otros entornos más formales como de “jefe-empleada”, etc.) y es ideal para poner objetivos y metas.

En resumen, la relación de disciplina tiene todos los mismos elementos de cualquier sesión de “spanking” pero incluye además una premisa de que se trata de un castigo “real” (con todo lo discutible que puede ser este tema) y con motivos “reales”. Obviamente con consentimiento. No importa de qué y cómo se trate la “fantasía”, siempre es una relación que ambas partes desean y prestan su consentimiento.

Comentarios

  1. La palabra ritual me dejó pensando, de mi parte yo no he tenido una sesión tela en persona así que me da vueltas la frase ritual y me hace preguntarme cuál sería el ritual más apropiado para un primer encuentro, un café primero o el ya sabes a lo que vas y se ha hablado mucho por mensaje o llamada antes de ese día así que ese día pasamos directo a la conversación del regalo y las consecuencias son un café de por medio 🤔 sería interesante conocer varias historias de la primera vez de muchas spankees o incluso de una sola pero que aya diferentes spankers y en cada uno variará ese primer día en persona

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