Ir al contenido principal

Confesiones de una spanker I

Estamos hablando con Luu y si la conversación se torna mínimamente discusión invariablemente termina respondiéndome “mimimimi”. No voy a negar que siempre me saca una sonrisa (cosa que ella debe sospechar) pero además me activa otras sensaciones. De esa acción y su reacción se trata este texto.

Creo que la mejor teoría sobre la burla tiene que ver con el carnaval medieval, pero no me voy a ir por las ramas. En pocas palabras, la burla es un lugar de resistencia. Una oportunidad para desquitarse con el poder y bajar la autoridad de su pedestal.

Las spankers a veces hacemos o decimos cosas que incomodan. A veces a propósito, a veces porque es lo que corresponde. Algunas spankers son maestras de este arte y otras abusan de él. No voy a decir cuánto está bien o mal, cada una sabrá. Sí creo que regular esto es igual de importante que controlar la intensidad de los azotes.

Con esto no quiero decir que esté bien nos hagan burla ni que esté justificado. Decimos cosas como: “qué pena, van a escuchar que te portaste mal”, o “si hicieras caso no estarías en esta situación”, etc. O solemos hacer preguntas retóricas. Cuando la spankee es muy osada puede repetir lo que decimos con la letra “i”.  (Aclaro que, en medio de un castigo, si estoy metida completamente en el rol, ese tipo de respuestas no me da risa. Aclaro, también, que no todas las relaciones se prestan para esto. Tiene que estar dentro de la dinámica, tiene que estar desbloqueado ese nivel de “confianza”).

Entonces, ¿qué pasa cuando la spankee hace burla? Pasa que es castigada por eso, y según la circunstancia y el tipo de vínculo las consecuencias pueden ser severas. A una spankee le enseñé la posición “diaper” (acostada con las piernas arriba) con una paleta de madera por un desliz de este tipo. Finalmente, la última duda a develar sería si después de las lágrimas y de terminar con la cola muy roja ese acto de rebeldía valió la pena. 


Comentarios

  1. Buenísima entrada, súper honesta. Lo de que decimos cosas que incomodan es cierto y a veces cuesta volver a una conversación relajada después de y más si la "conversación" queda en pendiente.

    ResponderEliminar
  2. Le faltó un mi, señora 😝 y creo que hacer burla cuando la cosa está caliente no es buena idea jaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tiene razón, señorita, en determinadas situaciones no es buena idea. Ya arreglé tu expresión 😍

      Eliminar
  3. Siempre valdrá la pena ese acto de rebeldía 😝

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La respuesta a la pregunta final! Veremos, veremos, después lo sabremos

      Eliminar
  4. Creo que no aprendió nada de las líneas y ensayo que le dejaron por lo del sábado pasado 😱

    ResponderEliminar
  5. Me encanta y lo siento muy acertado. Algo así como que la burla es el último recurso para intentar resistirse a algo aunque saben que no traerá nada bueno en la mayoría de los casos. Y me gustó mucho el énfasis que hiciste en que, para que esto se dé de forma que no causa mayores malentendidos, tiene que estar desbloqueado cierto nivel de confianza. Es verdad que no aplica en todas las relaciones ni en todo momento y puede desembocar en algo tan serio como la ruptura de una relación si no se sientan las bases correctamente; pero si hay confianza y el vínculo se presta, puede tomarse como una provocación que detona ciertas cosas específicas u "oprime determinados botones" que incitan a ambas partes a jugar, y puede ser excitante o divertido bajo el contexto adecuado. Tengo que decir que la entrada me hizo sonreír, no deja de sorprenderme la sincronía que existe entre las integrantes del grupo y los temas que sacamos en el chat, en privado, y por acá.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Repitiendo errores...

Después del intenso castigo del lunes, pensaba que podría descansar… pero no. El martes tuve que ayudar a mi sobrina con su evento de primavera y, claro, me puse a hacer un sombrero de manualidades. Todo muy inocente, ¿verdad? Solo quería que quedara lindo. “Sí, inocente… hasta que alguien se da cuenta de que no estoy estudiando” , pensé mientras recortaba papel y pegaba brillantina. El problema fue que, creyendo que no había hecho nada malo, le envié la foto del sombrero a Rebe. Sí… a Rebe. Y su respuesta no fue un lindo “¡Uy, te quedó hermoso!” que esperaba. Lo tomó como una falta de sentido común, de obediencia, y una prueba de que no estaba cumpliendo con lo que me había dicho: estudiar para mi examen del miércoles. “Ups… creo que me voy a arrepentir de esto” , me dije, pero ya era demasiado tarde. Cuando llegó el miércoles, pasó lo inevitable: suspendí el examen. Y eso a Rebe solo le hizo darse cuenta de que el castigo del lunes había sido demasiado blando. —¿Cuándo puedes ir a lo...

¿Un cambio de chip? Un cambio de nalgas....

Era una linda tarde cuando me llegó un mensaje que a toda spankee le gustaba recibir: —Estás castigada. Sí, admítelo, amabas ese mensaje, ¿no? Enseguida agregó que no podía jugar videojuegos y que debía irme a la cama a las 23:30 hasta la semana siguiente; además, la idea era que aprovechara para descansar porque estaba resfriada y para estudiar la cantidad de cosas que tenía por entregar en las próximas semanas: trabajos, presentaciones, exámenes, etc. Como si una no tuviera nada mejor que hacer con su vida, ¿no? ¿¡Cuándo dormía la siesta?! Nada, me calmé, pensé en matemáticas, reflexioné, puse mi corazón sobre la mesa y escribí: —Está bien, no diré nada porque sé que me lo merezco —dije, orgullosa de mí misma. —¿Qué quieres decir? ¿Las otras veces no te lo merecías? —espetó Rebe como un balde de agua fría. Una queriendo mostrarse arrepentida y buena, y esas señoras te salían con esto… Insólito. Pero se preguntarán qué había hecho para estar castigada… bueno, les cuento. La historia c...

Una sorpresa inesperada

Había estado teniendo unos meses medio complicados entre el trabajo y algunos inconvenientes de salud. Debido a esos problemas de salud tenía una dieta estricta y estaba tomando medicamentos pero era muy cansado vivir de esa manera yo estaba acostumbrada a consentirme comprando cosas para mí, pero a diferencia de las demás mujeres yo no compraba ropa, zapatos o bolsos o esas trivialidades. Me gustaba consentirte como se consiente a una niña pequeña comiendo helado, pasteles, papitas y todas esas cosas que por desgracia mi doctora me prohibió así que como dije era un fastidio. Y para colmo soy una persona muy indiciplinada en cuanto a mi cuidado personal se refiere, además de ser spankee, si sabes lo que significa está palabra sabrás lo complicado que es ser yo en un mundo de adulto independiente y responsable pero bueno, dicen p or ahí que siempre hay una spanker dispuesta a enderezar nuestro camino y ahí se encontraba mi amiga Amy. Ya tenía algún tiempo de haberla conocido por faceboo...