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Cuento de Navidad I

Jojojo(?) ¡Feliz Navidad para el Blog!🤶

Solo para aclarar todo lo siguiente escrito (y muchos de mis relatos)es ficción y fantasía y para nada recomiendo que la primera interacción de alguien en una sesión de spanking sea sin ser hablada previamente y asegurándose que ambas partes se sientan cómodas y seguras! 💜


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 -¡Y brindo por Rodolfo el Hip-Reno!

-¡Nos van a echar! – exclamó desesperada la chica vestida de duende del polo Norte. El disfraz no estaba tan mal. Al menos eran pantalones, pensó cuando acepto el trabajo. Todos los fines de semana del mes hasta Navidad. Pagaban bien y aunque eran pocas horas le iba a permitir ahorrar dinero suficiente para poder costear el viaje planeado con el resto de sus amigas.

-¡Yo soy Santa! A mi no me van a echar

-¡Es un disfraz! Y además….¿Cómo estás tan seguro que no nos van a echar? -preguntó la chica enojada

-Dije a mi -se señalo a sí mismo como pudo - un Santa calificado en vísperas de Navidad. Alguien que haga de elfo es más fácil.

-¡Te dije que solo para brindar! -volvió a exclamar Ana mientras levantaba lo que quedaba de la botella de tequila. El tráfico había sido imposible los días anteriores, dos días para Navidad y la gente se vuelve loca. Así que en lugar de regresar a su departamento había decidido venir preparada para irse a la casa de su amiga apenas terminará su turno. Cuándo Tomás, el Santa del centro comercial, había visto su botella de tequila le había insistido para brindar por casi terminar la temporada navideña.

-Y eso hacemos ¡Brindo por Dancer el Hip-Reno! -dijo mientas le arrebataba la botella y volvía a beber de ella.

-¡No más para ti! -volvió a quitarle la botella y está vez guardarla en uno de los casilleros que tenían a disposición.

-¡Ey! Aún faltan 7 renos más….

- Ya hay fila afuera ¿Por qué aún no han salido? -preguntó Verónica, la coordinadora, mientras ingresaba al la habitación que el centro comercial les había proporcionado para cambiarse antes de cada presentación.

-¡Tomás está ebrio! – indicó Ana mientras lo señalaba con el dedo

-¡Ella me dio tequila! – gritó Tomas devolviendo el mismo gesto.

Ambos se miraron en silencio mientras la mirada de Verónica, muy enojada, iba de un lado a otro. Sopesando la forma de como enterrar dos cuerpos, supuso Ana.

-Bien…. ¡Tú! – señaló a Tomás – te largas a tu casa, no te quiero ver hoy más, ten por seguro que no se te va a pagar el día y espero verte mañana sobrio.

- Si señora …

-¡Y tú! -señalo a Ana, la cual intentó no moverse en toda la interacción – Ayúdame con el traje de repuesto, el show tiene que continuar. Hoy va a haber una Señora Santa.

Luego de prometer 89 consolas de videojuegos, 43 casas de muñecas, 22 cachorritos y 6 horas después ambas regresaron a la misma habitación exhaustas de haber lidiado con tantos padres de niños y niños irritados por las colas interminables del centro comercial.

-¡Dios que día! -exclamó Ana mientras se sentaba después de haber estado toda la jornada de pie- ¡Pensé que el último nunca se iría! Esa niña tenía la lista más larga que he visto, te apuesto va a ser compradora compulsiva de grande.

Verónica se quedó de pie, brazos cruzados y solo mirándola.

-¡Y el idiota de antes! Él que le grito a su hijo que no desperdiciara el tiempo de Santa…. ¡A veces no sé quiénes son los verdaderos niños!

-Yo también me hago esa pregunta a veces…..

-¡Y la Karen! Oh Dios… casi rompo personaje y le digo que ¡no! ¡que no me importa si está apurada eso no significa que puede saltarse toda la fila!

-¿Terminaste? -preguntó Verónica, calmada. Llevaba aún el traje puesto y aunque le quedaba ligeramente grande la verdad es que le sentaba muy bien, pensó Ana.

-Y si … -respondió Ana, repentinamente algo sonrojada. ¿Acaso hacía calor? Pensó para sus adentros.

-Porqué quizá no hubieses tenido que lidiar con todo eso tú sola si yo hubiese estado allí para apoyarte, ¿no?

-Estabas allí….

-Si, como Santa…. Un trabajo de tres que terminamos haciendo solo nosotras dos.

-¿Viste la cara de la Karen cuando vio que Santa era mujer? -preguntó Ana intentando relajar el ambiente con una risa. Lo cual no funcionó, por el contrario.

- sin experiencia previa…. ¿Sabes que solo te acepte por la recomendación de tu hermano? Me dijo eras una chica seria.

Auch…. Verónica había sido compañera de curso con el hermano mayor de Ana. La recordaba de antes, y aunque siempre le había parecido guapa sabía que no tenía posibilidades por que era de varios cursos superiores. Ahora se suponía que tenía una, ambas ya eran mujeres adultas y la diferencia de edad no se suponía se notará tanto, o eso pensó al inicio.

-¡Soy seria! Tomás fue el que bebió de más y-

-¿Era tu botella?

-Si.. per-

-¿Y tú la abriste en el trabajo?

-Si…. ¡pero!

-No me interrumpas…. ¿Y tú también bebiste de ella?

-Si lo pones así….

-¡No hay otra forma como ponerlo! Debería de despedirte ahora mismo.

-¡Por favor no! Me gusta el empleo… además queda tan poco de la temporada, casi ahorre lo suficiente y….

-¿Y?

-Y me gustó reencontrarme contigo…. -comentó sonrojada Ana, mirada al suelo, incapaz de levantarla.

Aunque si lo hubiese hecho hubiese podido ver como Verónica sonreía y relajaba un poco su postura. La realidad es que Verónica casi no recordaba a Ana cuando la entrevistó, pero le había parecido guapa desde que la vio entrar. Además habían estado los comentarios …. Un chiste por aquí y otro por allá. La forma en que se había sonrojado cuándo de broma le había dicho que Santa debería darle unas nalgadas en lugar de carbón. ¿Será que también era Spanko? Pensó Verónica.

-Me gusta que estés aquí.

-¿En serio? -preguntó Ana esperanzada, quizá aún había posibilidad.

-No te voy a despedir.

-¡Eres la mejor! -exclamó Ana emocionada.

-¡Pero! Si me preguntas…. Fuiste una irresponsable hoy.

-Lo sé.. lo lamento…

-Y si yo fuera tu novia no te librarías de un buen castigo.

Listo, anzuelo tirado. Pensó Verónica, de aquí en adelante solo dos cosas podían ocurrir. La primera es que Ana se indignara y se fuera de la habitación y la segunda ….

-¿Qué tipo de castigo? -preguntó Ana. Los ojos de Verónica se abrieron de par en par y avanzo amenazante hasta quedar a solo unos pasos de Ana.

-Un castigo algo infantil pero efectivo. Una buena tunda sobre mis rodillas.

Ana tragó saliva, mientras levantaba la vista. Quizá si existían los milagros de navidad después de todo.

-Algo anticuado…. ¿no te parece?

-Como dije…. Efectivo….. y va a doler. No sería un juego como hacen algunas parejas.

-Y… ¿Aquí? – preguntó Ana mientras miraba a todos lados. Fantasearlo era una cosa pero estar a punto de vivirlo era otra, pensó Ana.

-No hay mejor momento que el ahora, además la puerta tiene llave y ya casi no hay personal a esta hora. Solo para aclarar, de esto no depende tu empleo.

-Lo sé….

-Y puedes detenerlo en cualquier momento, por está vez si dices que me detenga, lo haré.

-Está bien…. – asintió Ana mientras notaba como sentía miles de mariposas revoloteando en su interior.

Verónica se arremango las mangas del traje rojo mientras caminaba hacía su casillero para luego regresar nuevamente hasta el costado de Ana sujetando un cepillo de madera en su mano derecha. Todo esto Ana lo vio con increíble fascinación, incapaz de despegar la mirada del cepillo que ahora sujetaba Verónica en su mano.

-Esto…. -dijo Verónica mientras con el cepillo daba un par de azotes en su mano libre- es un excelente modificador de comportamientos.

-¿Voy a estar en la lista buena de Santa? -preguntó Ana divertida, porqué aunque toda la situación la ponía colorada el humor siempre había sido su mejor forma de zafar. Verónica se detuvo a mirarla fijamente, sería y antes de que Ana pudiera decir cualquier otra palabra, de un tirón suave la hizo ponerse de pie. Verónica tomo asiento y hablo pausadamente.

-Voy a encargarme de que no vuelvas a ser irresponsable en lo que queda de esta temporada de trabajo. Ahora Ana puedes recostarte sobre mis rodillas y aceptar tu castigo.

Una corriente eléctrica recorrió a Ana y como quién maneja en automático, se colocó ella misma sobre las rodillas de Verónica. La posición le era nueva y algo incómoda aunque no realmente como para quejarse.

Verónica por su lado ajusto su respiración. Quería dejar una impresión lo suficientemente fuerte como para que realmente esto calara como un castigo, pero no tanto como para asustarla en lo que asumía quizá era su primera experiencia. Además no habían hablado antes y ciertamente todo estaba resultando muy intuitivo. Así que empezó con la palma de la mano abierta sobre los leggins de duende navideño. Las nalgadas no se escuchaban particularmente fuerte por la capa de tela y estaba siendo quizá muy gentil.

Ana se sonrojó apenas sintió la primera nalgada y aunque esperaba que dolieran más, como los vídeos que veía cuando tenía privacidad, sintió como el calor en su cola iba de poco a poco en aumento.

-¿Va a empezar a comportarse mejor en el trabajo, señorita?

-Mmmmhhh…. -susurro Ana, demasiado en las nubes como para responder.

Verónica se detuvo un segundo, solo para bajarle de un tirón los pantalones y después continuar con renovadas energías.

-Creo que alguien se está poniendo muy cómoda.

-¡Ey! ¡Espera! -exclamó Ana sintiendo claramente la diferencia entre el antes y después de quedarse sin la protección de sus pantalones.

-Te voy a recordar que esto es un castigo Ana.

-¡Lo sé!

-Y como tal espero que estés entendiendo que fue inaceptable tu comportamiento de hoy.

-¡Perdón!

-Y si se vuelve a repetir-

-¡No se va a repetir!

-No me interrumpas -puntualizo Verónica cada palabra con una clara distinción apuntando a los muslos- Porque si se vuelve a repetir, está conversación va a resultar mucho menos placentera para ti.

-¿Placentera? ¡Auch! – preguntó Ana mientras intentaba mantener lo más posible la compostura. Había imaginado este momento mucho tiempo. Y aunque en todas sus fantasías siempre era una chica, nunca había imaginado que está llevará un traje de Santa Klaus, y así a pesar de la incomodidad del momento y el ardor en su cola se le escapó una risita por solo imaginarse la situación. Santa Klaus castigando a uno de sus duendes en el taller.

-¿Te causa risa? -preguntó Verónica deteniéndose nuevamente.

-¡No! -exclamó Ana alarmada- Es que… me imaginé….

-¿Ajá?

-Pues… Santa Klaus azotando a un elfo….

-Estoy siendo muy amable al parecer -comentó Verónica casi para si misma mientras recogía el cepillo a su costado y daba el primer azote.

-¡Auch! ¡No! Ahh…. -exclamó Ana intentado alejar su culo del dolor, sin éxito aparente pues Verónica no solo la tenía efectivamente sujeta de la cintura sino que toda la situación la obligaba a aceptarlo de alguna forma, sabía que se lo tenía merecido y era lo que necesitaba.

-¿Crees que era parte de mis planes usar este traje hoy?

-¡No! Ahhh… perdón…. -exclamó Ana mientras los azotes no se detenían.

-Pude haberlos reportado, cancelado la presentación o cualquier otra cosa. Pero decidí cubrirlos… cubrirte….

-¡Lo siento! – exclamó Ana.

- Creo que recién lo estás sintiendo y por tu bien espero que no se vuelva a repetir.

-¡Auch! ¡No se va a volver a repetir!

Habían sido realmente poco menos de veinte, pero se habían sentido una eternidad para Ana. Y así como comenzaron se detuvieron. Verónica dejo el cepillo a un lado y comenzó a hacer ligeros movimientos circulantes sobre la cola color rojo intenso que tenía delante.

-Tu culo ahora sí está acorde a las festividades…. -comentó Verónica distraída.

-¡Ey! – se sonrojó Ana- que mala …

-Un poco … ¿Qué se siente estar nuevamente en la lista buena de Santa?

-No lo sé….

-¿Cómo que no lo sabes?

-Aún faltan dos días hasta Navidad -señalo Ana divertida mientras se reincorporaba.

-¿Planeas portarte mal? -le preguntó Verónica levantando una ceja.

- Planear lo que es planear ¡no!…. pero…. -dijo Ana mientras en un repentino arranque de valor y quizá gracias al subidón de endorfinas le robaba un beso a la mujer que acababa de azotarla- es Navidad…. Cualquier cosa puede pasar ;)


Comentarios

  1. Muy bueno Stephanie. Y muy bien remontado lo de publicar. Todavía falta para navidad así que como dijo Ana todavía pueden pasar muchas cosas. Me encantó

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  2. Preciosa historia de amor; ojalá fuera frecuente en la vida real :)

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  3. Ay qué bonita historia! Resulta genial pensar en que tu fantasía se haga realidad y con la chica que te gusta. Me gustó tb esta idea de hacer una pregunta sobre el castigo para ver si había reacción... Buen método detecta spankos

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