Ir al contenido principal

De qué se trata el spanking

Es simple, si te portas mal te voy a castigar. En este mundo hay reglas y códigos básicos de comunicación y convivencia. Si esas reglas no se cumplen, estarás en problemas.

Seguramente también hasta ahora hiciste siempre lo que quisiste sin que hubiera ningún tipo de consecuencias. Posiblemente seas una malcriada, acostumbrada a que el mundo se amolde a tu voluntad. O, quizás, nadie te cuidó poniéndote límites.  

Hasta ahora.

Ahora vas a aprender que hay reglas, y que si esas reglas no se cumplen hay consecuencias, las cuales podrían ser bastante severas.

Te debes estar preguntando, ¿cómo será el castigo? Es exactamente lo que estás pensando: azotes en el culo. Y no hablamos de cuatro nalgadas y algunas risas. En algunas circunstancias el castigo podría ser realmente serio. En algunos momentos podrías llorar y rogarme que pare, pero eso no sucederá hasta que el castigo esté cumplido. Hasta que sea "suficiente".

Pero todo esto ya lo sabes, o no estarías leyendo esto.

Antes de describir cómo sucederá ese castigo vamos a poner algunas pautas.

Pautas para mi rol (spanker)

1. No te castigaría sin tu consentimiento;

2. No te castigaría arbitrariamente y sin motivo;

3. No te castigaría solo por "mi placer" (no es ese tipo de vínculo, eso es harina de otro costal);

4. No te castigaría si no hubiera un motivo claro o, como mínimo, una advertencia;

5. No te castigaría más allá de tus límites;

6. No te castigaría por motivos graves o serios que deberías abordar en otros espacios.

Se trata de una relación con tintes domésticos con algunas reminiscencias de otra época donde yo represento la autoridad. Y claramente una autoridad con potestad para ponerte en vereda cuando haga falta. En la fantasía esa autoridad se podría representar con roles como tutora/alumna, tía/sobrina, madre/hija, jefa/empleada, profesora/alumna, médica/paciente o simplemente una pareja. En la práctica siempre somos tú y yo.

Reglas para tu rol (spankee)

Hay reglas básicas para todo el mundo, y para todos los roles, como no mentir, no faltar el respeto o no atentar contra tu seguridad o la de otras personas. Vamos a agregar una regla para ti (spankee) que es igual de importante en este tipo de relaciones: no desobedecer abiertamente.

Las demás reglas se establecen según se considere apropiado o necesario.

Como toda relación con la autoridad espero el mismo respeto que tendrías hacia cualquier otra autoridad. Esto quiere decir que hay un límite para los chistes y el uso de "ciertas palabras". Y si, por alguna razón, antes no cuidabas tanto esas cosas ahora tendrás motivos de sobra para hacerlo.

Es más simple de lo que parece. Pero como todo lo simple tiene muchas vueltas. No todos los vínculos son iguales, no todas las interacciones son iguales. Lo que sí te aseguro es que todas se pueden resumir en pocas palabras: si no te portas bien vas a terminar con problemas para sentarte.

A mí me gustan las relaciones "reales". Eso quiere decir que no soy muy fan del roleplay. Es una preferencia personal.
Lo entiendo, tiene que ver con la imaginación. El roleplay abre la posibilidad de soltarse y jugar a ser "otro". Pero a mí me gusta estar en tiempo presente e interactuar con la persona que tengo en frente. Cuando te portes mal te voy a castigar a ti y en ese momento me vas a escuchar atentamente porque es a ti a quién le estaré hablando.

Y ese "castigo real" puede darse de dos maneras: presencial o a distancia. De cómo ambos se llevan a cabo hablaré en las siguientes dos entradas.

Comentarios

  1. Me encanta, así o más exacto, no podría estar mejor explicado😊

    ResponderEliminar
  2. Me encantó, jeje la mayoría de tus entradas dejan ese espacio para reflexionar. 👀 Esperaré atenta las siguientes dos.

    ResponderEliminar
  3. Me encanto el cuerpo del texto , realmente es información clara y basica ...

    ResponderEliminar
  4. Impresionas mucho al hablar como spanker, da miedito leerte

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Repitiendo errores...

Después del intenso castigo del lunes, pensaba que podría descansar… pero no. El martes tuve que ayudar a mi sobrina con su evento de primavera y, claro, me puse a hacer un sombrero de manualidades. Todo muy inocente, ¿verdad? Solo quería que quedara lindo. “Sí, inocente… hasta que alguien se da cuenta de que no estoy estudiando” , pensé mientras recortaba papel y pegaba brillantina. El problema fue que, creyendo que no había hecho nada malo, le envié la foto del sombrero a Rebe. Sí… a Rebe. Y su respuesta no fue un lindo “¡Uy, te quedó hermoso!” que esperaba. Lo tomó como una falta de sentido común, de obediencia, y una prueba de que no estaba cumpliendo con lo que me había dicho: estudiar para mi examen del miércoles. “Ups… creo que me voy a arrepentir de esto” , me dije, pero ya era demasiado tarde. Cuando llegó el miércoles, pasó lo inevitable: suspendí el examen. Y eso a Rebe solo le hizo darse cuenta de que el castigo del lunes había sido demasiado blando. —¿Cuándo puedes ir a lo...

¿Un cambio de chip? Un cambio de nalgas....

Era una linda tarde cuando me llegó un mensaje que a toda spankee le gustaba recibir: —Estás castigada. Sí, admítelo, amabas ese mensaje, ¿no? Enseguida agregó que no podía jugar videojuegos y que debía irme a la cama a las 23:30 hasta la semana siguiente; además, la idea era que aprovechara para descansar porque estaba resfriada y para estudiar la cantidad de cosas que tenía por entregar en las próximas semanas: trabajos, presentaciones, exámenes, etc. Como si una no tuviera nada mejor que hacer con su vida, ¿no? ¿¡Cuándo dormía la siesta?! Nada, me calmé, pensé en matemáticas, reflexioné, puse mi corazón sobre la mesa y escribí: —Está bien, no diré nada porque sé que me lo merezco —dije, orgullosa de mí misma. —¿Qué quieres decir? ¿Las otras veces no te lo merecías? —espetó Rebe como un balde de agua fría. Una queriendo mostrarse arrepentida y buena, y esas señoras te salían con esto… Insólito. Pero se preguntarán qué había hecho para estar castigada… bueno, les cuento. La historia c...

Una sorpresa inesperada

Había estado teniendo unos meses medio complicados entre el trabajo y algunos inconvenientes de salud. Debido a esos problemas de salud tenía una dieta estricta y estaba tomando medicamentos pero era muy cansado vivir de esa manera yo estaba acostumbrada a consentirme comprando cosas para mí, pero a diferencia de las demás mujeres yo no compraba ropa, zapatos o bolsos o esas trivialidades. Me gustaba consentirte como se consiente a una niña pequeña comiendo helado, pasteles, papitas y todas esas cosas que por desgracia mi doctora me prohibió así que como dije era un fastidio. Y para colmo soy una persona muy indiciplinada en cuanto a mi cuidado personal se refiere, además de ser spankee, si sabes lo que significa está palabra sabrás lo complicado que es ser yo en un mundo de adulto independiente y responsable pero bueno, dicen p or ahí que siempre hay una spanker dispuesta a enderezar nuestro camino y ahí se encontraba mi amiga Amy. Ya tenía algún tiempo de haberla conocido por faceboo...