Ir al contenido principal

¿Que pasa cuando me porto mal?



Bueno pues aquí va la respuesta que siempre se pregunta en el chat privado de "Spanking solo mujeres"

Inspirada un poco en el último relato de Victoria Ocampo.

Bueno todas aquí sabemos la respuesta ante está pregunta y la verdad es que es muy sencilla pero no es fácil de decir en voz alta (al final terminas diciéndola acompañada de un "Si señora" pero eso es harina de otro costal). 

En fin en pocas palabras; quedarás con el culo rojo si rompes las reglas/te portas mal.

Cómo spankee tienes ese algo que te mueve a querer provocar o querer que te marquen el alto, vaya que te pongan un "estate quieto" porque simplemente a la mayoría jamás no lo pusieron en la infancia.

Nos hicieron falta límites pues en mi caso siempre fui la más chiquita de la casa donde si decía "Quiero esto" me lo compraban o casi no recibía un "No" por respuesta.

Desde siempre me llamó la atención las nalgadas y azotes que llegaba a ver en películas, caricaturas o telenovelas (más en los 90 y 2,000 que no había tanta censura en la televisión).

Vaya hasta llegaba a ver el YouTube videos de nalgadas o tenía en mi buscador de chica de 15 años "Nalgadas por portarse mal" encontrándome así un montón de videos que ahora ya no están pero siempre hay otras plataformas.

Conforme crecí y supe más del tema del spanking me di cuenta que era algo que no solo era yo la que tenía intriga o le gustaba el tema.

Así supe que no estaba tan loca o no estaba sola en esto.

Y para ser sincera si me mueve algo que me digan "Pórtate bien" o el típico "Perdona no escuché dilo de nuevo" ante mis contestaciones de mocosa.

El saber que hay una consecuencia es una sensación entre vergüenza, risa nerviosa y emoción pero a la vez cuando ya estoy en el momento de enfrentar lo que hice o días después que siento dolor en el culo por mis acciones es algo así de "A la otra voy a pensarmela mejor" 

Y bueno no siempre lo hago a propósito a veces meto la pata sin darme cuenta así que toca afrontar.

Esto del spanking también me ha enseñado muchas cosas entre ellas: ser más responsable como adulta y decir "Vale me equivoqué por "x" o "y" razón lo cual no es justificación pero como adulta estoy dispuesta a afrontar lo que venga"

Creo que hablo por todas o la mayoría de las spankees que nos gusta eso que nos marquen los límites y nos pongan un estate quieto por ese sentido de saber que le importas a alguien ya que no solo es castigar por castigar o por placer como se hace mención en la publicación anterior.

El spanking disciplinario es prácticamente; si te portas como una niña de 5 años serás castigada como una mocosa de cinco años (sobre las rodillas y con la cola al aire a disposición de la spanker).

O depende la posición que se les adapte mejor a las spankers.

También como spankee siento que la mayoría somos muy perfeccionistas y nos gusta tener el control de todo (bueno en mi caso) pero el hecho de ceder ese rol por un momento dónde no se cuándo va a parar el castigo es algo relajante, quitarme ese peso de encima aunque después no pueda sentarme cómodamente después de unos dias.

Pero hasta eso el recordar el porque me duele la cola es como una mezcla de pena, risa y no lo vuelvo hacer.

Si te portas mal terminas en el rincón, con el culo rojo, calzón abajo y con los humos del principio muy bajados.

Así que mejor portarse bien o al menos hasta que ese dolor desaparezca y vuelvas al ruedo 😝

Es bromita hagan caso y pórtense bien (?)








Comentarios

  1. Me encantó ❤️ super honesto. Gracias por compartirlo y definitivamente sería bueno hondar un poquito más en la conversación.

    ResponderEliminar
  2. Hago caso a lo primero y me portó mal hasta que toque rincón, culo rojo y no recuerdo que más luego como angelito por un rato hasta volver al ruedo en un círculo interminable de juego 😇. Cómo quien dice primero portarse mal para luego portarse bien que nuestro a nuestro instinto soankee le gusta la adrenalina y aprender a la mala (como todos en la vida aprenden a la mala pero algunos lo niegan o nunca aprenden)

    ResponderEliminar
  3. Esta entrada le cae como anillo al dedo al blog, me gustó mucho y quedé gratamente sorprendida, pues me queda clarísimo que no es una pregunta fácil de responder, pero por eso amo este tipo de espacios, porque hay libertad para hablar con honestidad sobre infinidad de temas, sin presión y sin (tanta) vergüenza. Me parece el tipo de publicación que complementa el testimonio que se comparte a través de un relato, una forma de contar sin rodeos lo que pasa, añadiendo lo que sientes como spankee en el momento y lo que pasa por tu mente antes, durante y después de que te marcan el tan ansiado límite.
    Muy buena entrada.

    ResponderEliminar
  4. Me encanta, es tal cual describes, no se podría haber explicado mejor. Gracias por compartir

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Repitiendo errores...

Después del intenso castigo del lunes, pensaba que podría descansar… pero no. El martes tuve que ayudar a mi sobrina con su evento de primavera y, claro, me puse a hacer un sombrero de manualidades. Todo muy inocente, ¿verdad? Solo quería que quedara lindo. “Sí, inocente… hasta que alguien se da cuenta de que no estoy estudiando” , pensé mientras recortaba papel y pegaba brillantina. El problema fue que, creyendo que no había hecho nada malo, le envié la foto del sombrero a Rebe. Sí… a Rebe. Y su respuesta no fue un lindo “¡Uy, te quedó hermoso!” que esperaba. Lo tomó como una falta de sentido común, de obediencia, y una prueba de que no estaba cumpliendo con lo que me había dicho: estudiar para mi examen del miércoles. “Ups… creo que me voy a arrepentir de esto” , me dije, pero ya era demasiado tarde. Cuando llegó el miércoles, pasó lo inevitable: suspendí el examen. Y eso a Rebe solo le hizo darse cuenta de que el castigo del lunes había sido demasiado blando. —¿Cuándo puedes ir a lo...

¿Un cambio de chip? Un cambio de nalgas....

Era una linda tarde cuando me llegó un mensaje que a toda spankee le gustaba recibir: —Estás castigada. Sí, admítelo, amabas ese mensaje, ¿no? Enseguida agregó que no podía jugar videojuegos y que debía irme a la cama a las 23:30 hasta la semana siguiente; además, la idea era que aprovechara para descansar porque estaba resfriada y para estudiar la cantidad de cosas que tenía por entregar en las próximas semanas: trabajos, presentaciones, exámenes, etc. Como si una no tuviera nada mejor que hacer con su vida, ¿no? ¿¡Cuándo dormía la siesta?! Nada, me calmé, pensé en matemáticas, reflexioné, puse mi corazón sobre la mesa y escribí: —Está bien, no diré nada porque sé que me lo merezco —dije, orgullosa de mí misma. —¿Qué quieres decir? ¿Las otras veces no te lo merecías? —espetó Rebe como un balde de agua fría. Una queriendo mostrarse arrepentida y buena, y esas señoras te salían con esto… Insólito. Pero se preguntarán qué había hecho para estar castigada… bueno, les cuento. La historia c...

Una sorpresa inesperada

Había estado teniendo unos meses medio complicados entre el trabajo y algunos inconvenientes de salud. Debido a esos problemas de salud tenía una dieta estricta y estaba tomando medicamentos pero era muy cansado vivir de esa manera yo estaba acostumbrada a consentirme comprando cosas para mí, pero a diferencia de las demás mujeres yo no compraba ropa, zapatos o bolsos o esas trivialidades. Me gustaba consentirte como se consiente a una niña pequeña comiendo helado, pasteles, papitas y todas esas cosas que por desgracia mi doctora me prohibió así que como dije era un fastidio. Y para colmo soy una persona muy indiciplinada en cuanto a mi cuidado personal se refiere, además de ser spankee, si sabes lo que significa está palabra sabrás lo complicado que es ser yo en un mundo de adulto independiente y responsable pero bueno, dicen p or ahí que siempre hay una spanker dispuesta a enderezar nuestro camino y ahí se encontraba mi amiga Amy. Ya tenía algún tiempo de haberla conocido por faceboo...