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Mostrando entradas de junio, 2024

Las alumnas de Karen (Parte 2)

Es la mañana del lunes y la clase transcurre sin mayores inconvenientes. Karen se ve tranquila pero está más alerta de lo usual y, mientras observa a sus alumnas, juega con unas hojas de papel. Jimena y Sofía, están sentadas, como de costumbre, en el fondo del salón. Ninguna de las dos parece prestar atención a los ejercicios que tiene en frente, aunque Jimena está llamativamente más callada. —Vamos Jime, no aguanto más, ¡vamos!…— Sofía siente que su irritabilidad crece. —No puedo —susurra Jimena— mi mamá me salió con unas cosas ayer. Me parece que esta vez mejor nos quedamos. —Bueno, yo me voy —agrega Sofía mirando a Karen y tomando su bolso. Al decir esto se pone de pie frente a su amiga, quien finalmente cede a la presión y también toma sus cosas. Juntas caminan hacia la puerta del aula. —¿Adónde van? La clase no terminó. ¿Terminaron los ejercicios? — dice Karen mientras se para e instintivamente camina hacia la puerta. Sofía pasa muy cerca, casi la embiste con el hombro

El Cable

Ok los engañe, casi, pero antes de hablar del cable hay algo más que quiero compartir. El autospanking. ¿Alguien más se sintió incómoda o soy solo yo?. No es algo que se hable y definitivamente no es para todos, eso lo entiendo y lo respeto. Que te den azotes en el culo porque te portaste mal tampoco es para todos, bueno me van entendiendo. Lo ideal es que alguien te dé esos azotes. Lo ideal sería que todos los spankos hubiésemos nacidos en la misma isla (apuesto a qué si estás leyendo esto también has tenido la misma fantasía, no nos engañemos) y entonces encontrar esa persona, la cual no solo también disfrute del spanking y tenga una similar fantasía a la tuya, sino que además tengan algún mínimo de compatibilidad y entonces las probabilidades que estén en la misma ciudad, no son imposibles pero tampoco son muchas. Es ahí, o también en muchos otros casos, que el autospanking es un método real, factible y válido. Va a depender de la calidad del/ de la Top cuán satisfactoria o no pue

Las alumnas de Karen (Parte 1)

Un viernes de otoño, como todos los viernes, Amelia se encuentra con su amiga Karen a tomar el té. Por lo general, esos encuentros son conversaciones triviales de la semana y temas más o menos personales, donde Amelia suele compartir muy poco y Karen tiende a contar hasta el último detalle de su vida. Karen es profesora de matemática en un colegio privado. Uno de esos lugares donde el estatus y la posición económica de las alumnas tienen más peso que la autoridad de una profesora. Hasta ahora Karen había podido mantener el mínimo equilibrio pero últimamente dos alumnas estaban fuera de control y le hacían la vida imposible. Esto repercutía no solo en su reputación sino en el comportamiento de todas las demás. La situación era tan insostenible que ella estaba pensando renunciar. Solo se lo impedía su orgullo, y por supuesto la falta de dinero. Amelia la escucha atentamente mientras toma un sorbo de té. No es una extraña en las aulas, ella misma ejerció como profesora de literatura duran

La Tormenta

• Ni una palabra hasta que lleguemos al hotel - me ordenaste apenas subí a tu coche – y créeme que vamos a hablar seriamente sobre esto señorita y no voy a ser tan comprensiva está vez. Me gustaría decir que no me lo esperaba, que me tomaste de sorpresa o que ignoraba el asunto a tratar. Había llegado tarde y esa era solo la gota de un cúmulo de tardanzas durante las semanas pasadas. Teníamos reglas y horarios claros. Al principio intenté no desafiar al sistema acordado pero pronto descubrí que había algo en querer desafiarlo, en saber si existía. Cómo quién intenta descubrir si Dios existe, aunque, sin ser tan dramática como quién intenta ver qué tan paciente es la otra persona. Un minuto por aquí, un par por allá…. Cinco si me sentía especialmente atrevida. Nada crítico. Nada que pudiera realmente ser un problema. La cosa está en qué me gusta tener el control… pero necesito cederlo. Definitivamente lo que iba a pasar era algo que no iba a poder controlar y aún sabiendo el porque de

Una tarde de lluvia.... Episodio 2

(Contenido sexual explícito) La lluvia continua cayendo, la tarde se torna oscura. los vidrios de un ventanal estan todos opacados por el frio del exterior y la temperatura del recinto. Ambas continúan besándose muy lentamente.  Lorena susurra en el oído de su compañera, que ricos labios tenes y que bien besas........ Carla se sonríe y le dice… Hacía mucho tiempo que esperaba este momento. Se abalanza sobre Lorena y mientras le come la boca sin perder contacto entre sus labios. Apoya sus enormes tetas contra las tetas de Lorena. Carla, sabia lo que a Lore la volvia loca....toma con sus manos sus enormes tetas, y dibuja con sus  pezones duros unos circulos a la altura de los pezones de Lore, por encima de su remera.  En ese instante  Carla deja de besarla, se aleja y la mira!  Que bello rostro vengo a descubrir…. Tu cara me dice todo.... como me estas calentando....balbucea Lorena casi perpleja. mmmmm y como se te pusieron los pezones… le dice a Lorena. Atonita,  Lorena por es

Una tarde de lluvia.... Episodio 1

(Contenido sexual explícito) Esta es una historia entre dos mujeres Lorena y Carla, para ubicar al lector en tiempo y espacio, esta historia transcurre en el conurbano bonaerense más exactamente en San Justo, cabecera del partido de la matanza. En una tarde de lluvia del mes de febrero. Desde hace un tiempo  se conocieron en el trabajo. Lorena trabaja en una empresa de transporte aereo y Carla trabajo una temporada como consultora externa, donde comenzaron  alli una bella amistad. Durante el trabajo que duro unos 6 meses, pasan horas charlando sin desatender su trabajo, para  luego seguir charlando por teléfono, donde se afianza un vinculo de confianza, amistad y una atraccion muy particular. llegando a ser intimas amigas compartiendo ambas muchas intimidades. Carla es una joven de 35 años donde vivió su niñez opacada y oprimida por su padre, donde la opinión no estaba permitida. Ella es una mujer soltera, cabello rubio y lacio, ojos celestes, no muy alta, con una mirada inocente c