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Nuestra primera vez de la Jefa Suprema Ejune y Patty en DD

 A continuación paso a narrar cual fue nuestra primera vez sesionando en Disciplina Doméstica. Todo este formato se dio después de haber estado hablando durante varios meses de cada detalle, el haber probado resistencias de las dos previamente, gustos, preferencias, límites... pero sobre todo mucho amor. Y esto fue lo que salió. Espero que la disfruten.


EL PINTA UÑAS AZUL

Casualidades de la vida, mi chica y yo habíamos empezado casi a la vez con la regla. Dos mujeres a la vez con la regla puede ser peligroso sin duda alguna. Esa tarde me había quedado más libre en el trabajo y le mandé un audio de whatsapp con medio para ver si me podía ir a su casa a que me preparara un chocolate calentito que los hace de lujo. Necesitaba chocolate en vena y un poco de mimos de novia. Además, aproveché y me llevé mi pinta uñas de color azul eléctrico, como su pelo, para ver si me consentía un poco y me las pintaba. La tarde empezó de lujo, nos estuvimos riendo con los chicos, pudimos abrazarnos un poco, me pintó una capa de pintura en las manos, el chocolate estaba en su punto… A mí me dolía un poco los ovarios y una forma de calmar el dolor y relajarme es dando pequeños botes con las piernas muy rápido mientras estoy sentada, además me gusta manipular algo con las manos de manera automática sin pensar. 


Estábamos en la cocina conversando y ella estaba sentada encima de la mesa. Yo estaba sentada en la silla y mientras hablábamos me puse a jugar con el bote de pinta uñas que estaba cerrado. Me lo pasaba de una mano a la otra y me relajaba bastante hacerlo, lo hacía sin pensar, primero un poco lento, después un poco más rápido, después rápido y lento… A lo que hubo un momento de la conversación que me dijo que me estuviera quieta con el bote de pintura que se fuera a caer al suelo o se rompiera y llenara de pintura el frigorífico (que además era nuevo). No le hice mucho caso a lo que me dijo, porque la verdad que me relajaba mucho y pensé que con tener cuidado ya sería suficiente. Seguimos conversando y yo seguí con la pintura jugando de una mano a otra y de repente, hubo un momento que de un tirón súper seria me la quitó de las manos y la tiró a la basura. Me quedé cortada, no había entendido muy bien qué había pasado. Me dijo que le habían entrado ganas de estamparme la cabeza contra el frigorífico por no estarme quieta. Supongo que me reiría en ese momento por lo exagerada que se había puesto, se notaba que no estaba para muchas gracias… y sin pensarlo me cogió fuerte del pelo. Me entraron unas ganas grandísimas en ese momento de cogerla del cuello y tirarla al suelo, pero como es la jefa y le debo un respeto no lo hice, pero me enfadó montón, aún así le intenté quitar las manos como pude hasta que me soltó. Le dije que quería el pinta uñas, que lo cogiera que me daba igual que lo hubiera tirado a la basura. Que aún le quedaba una capa más de pintura que darme y que lo recogiera. Me dijo que si lo quería, que lo cogiera yo de la basura, a lo que me negué en rotundo. Yo no lo había tirado. Después de estar un rato discutiendo quién lo tenía que recoger, aparecieron los chicos que iban a cenar. Me puse con los chicos a conversar y a verlos de cenar y de repente, veo a la jefa cogiendo el pinta uñas de la basura. En ese momento, me salió la vena brat y le hice por señas que la tengo comiendo de mi mano. Grave error. No sabía que se iba a enfadar tantísimo!!! El mismo pinta uñas que había cogido, lo volvió a tirar a la basura pero esta vez con muy mala gana y muy fuerte, que pensé que esta vez me lo había roto seguro. Le dije que sí me lo había roto me lo tenía que pagar, que era mío y más que lo había comprado en Barcelona. Me soltó una bordería y se fue para el salón. 


Como ya era de noche y no quería irme muy tarde porque tenía que trabajar al día siguiente temprano y viendo el ambiente tan tenso, fui a despedirme. Le hice gestos con la mano para que me hiciera caso, pero me ignoró completamente, así que me tuve que acercar a ella y le dije que quería hablar en privado con ella un momento. Muy malhumorada fue para la cocina y le dije que me iba para mi casa ya. Mi intención era darle un beso, pedirle perdón falsamente por si me había colado (cuando está con la regla hay que tener cuidado y es mejor ir en son de paz para no morir joven) y ya despedirme. Cuando se lo dije, me prohibió marcharme a casa y me echó el broncazo del siglo. No me dejaba hablarle, y me dijo todo lo que podría haber pasado si se hubiera caído el pinta uñas al suelo, que no era consciente de lo que podría haber liado con lo complicado que es limpiarlo… cada vez que le iba a decir algo, en especial que quería decirle que era una exagerada que estaba montando un pollo que no veas por algo que ni si quiera había pasado, me cortaba. Me noté encendidas hasta las orejas mientras me regañaba porque en verdad tenía razón que si se hubiera caído se habría liado mucho y en ese momento cuando me sentí culpable fue cuando noté mis orejas calentitas. Le intenté abrazar, pero ella tenía los brazos cruzados y no me daba opción a nada. Le pedí disculpas varias veces y me dijo que le daba igual. Le volví a repetir que me quería ir ya y súper borde me dijo que aún no, que me iría cuando ella lo decidiera… Joder, estaba enfadadísima. 


Se fue de la cocina para acostar a los chicos, me despedí de ellos y la esperé en el salón mientras los preparaba para dormir. El corazón ahí me latía a mil por hora. Se me hizo eterno ese tiempo que tardó en acostar a los niños. Por un lado no quería que bajara ella y así aprovechar para escaparme e irme de su casa pero por otro lado, sufría más por mi vida del cabreo más grande que se podría pillar si me iba… Por fin bajó y me señaló con el dedo que quería que bajara al sótano. Como no bajaba, empezó a contar hasta 3… no hizo falta porque en el 1 y medio ya estaba de pie tirando para abajo. No quería enfadarla más. Bajando las escaleras empecé a pensar a quién le dejaría mi herencia. Vaya, mis películas de Julia Roberts y mis libros de la carrera porque la verdad que temía por mi vida…


Cerré la puerta del sótano y ví que cogía una silla, se sentaba y con una cuchara de madera de cocinar en la mano. Me dijo que me acercara y sólo pensaba en ese momento: joooooooooderrr, enfadada y con la regla… para qué cojones la habré provocado, ya me podría haber callado. Me acerqué pero me senté rápido en la cama para dejar mi culo lejos de ella y le volví a pedir perdón y le dije que de verdad que era sin querer. Que no la había escuchado cuando me había dicho que parara de jugar con el pinta uñas… Intenté que me saliera la excusa lo más real posible pero no colaba ninguna, así que me cogió de una mano y me tumbó en sus rodillas. En ese momento me morí de la vergüenza. Hacía montón de años que no me ponían en las rodillas sentada ella en una silla y con ella era la primera vez. Me sentí de repente cómo si fuera una cría. Con la cabeza baja por la postura y esperando a que me pegaran. Yo iba con vaqueros y tenis rojos y sin más dilación me empezó a pegar de manera suave con la cuchara de madera. Esa cuchara en otra ocasión la había partido un poco cuando me castigó con ella. Al principio casi no sentía mucho dolor, pero entonces de un tirón me bajó el pantalón vaquero y las bragas (sí, llevaba bragas porque yo también estaba con la regla, menos mal que llevaba también puesta la copa menstrual) y ahí sí que empezó a picar bastante más.  Le dije que parara ya que era muy tarde (mentira, era solo para que parara y punto) y me tenía que ir ya (en verdad eran las 21:30 o así) a lo que paró de azotarme y me tiró dos pellizcos fortísimos en el culo y me preguntó que si era tarde o temprano. Joder, que me dolieron, así que tuve que decirle que no, que era temprano, muuuuy temprano!! Me empezó a azotar también fuerte con la mano y lo iba alternando con la cuchara de madera, incluyendo además azotar varios azotes seguidos y fuertes en el mismo cachete. Le pedía que parara pero no me hacía caso y eso que puse hasta la mano en el culo y todo, pero nada, no hubo suerte. 


Hubo un momento que paró e hizo que me levantara, hice como el amago de subirme ya los pantalones y las braguitas y ella cogió la vara. Me dijo que me fuera a la cama y me pusiera a 4 patas y con la cabeza en la cama. No quería ponerme así, es súper humillante y además con la vara y su enfado eso me podía doler mil millones. Así que me quedé sentada en la cama diciéndole que terminara ya el castigo, a lo que me empezó a azotar en los hombros, cosa que odio, para que le hiciera caso y me pusiera en posición. Como no dejaba de moverme yo, uno de los azotes con la vara me cayó justo en el codo izquierdo y me dolió muchísimo, así que me puse en la posición que me dijo. Me empezó a azotar fuerte con su vara y me pidió que contara. Le dije que no quería contar, que no me daba la gana. Odio contar, no me puedo concentrar en los números si me duele el culo y ella lo sabe y creo que por eso me hace contar también. Aún así, empezó a azotarme y no me dio la gana contar y no conté, a lo que empezó a azotar mucho más fuerte y me dio un par de ellos que lo flipé en colores de lo que me dolió, así que ahí decidí de nuevo, una vez más tuve que ceder y contar. Joder como estaba la jefa esa noche!!!! No recuerdo bien cuántos me dio, pero dolía montonazo, me hacía complicado mantener la posición. Además no me dejaba ni cruzar los pies. Me dio algunos en zonas más altas del culo, pero sobre todo concentró bastantes en la zona más bajas para que me acordara bien de ella al sentarme. Esos azotes por la zona que es más sensible, dolían triple. Le volví a pedir perdón montón de veces más, diciéndole además que no había manchado nada ni si quiera para que se pusiera así y le daba igual que seguía pegando. Empezó a salir un poco de sangre del trasero ya que la piel parecía que se había cortado un poco por la dureza de la vara y entonces decidió parar. Yo ni me di cuenta que tenía sangre. Me fui a levantarme de mi posición tan humillante y no me lo permitió. 

Fue a coger crema y en esa misma postura me la aplicó. Tenía el culo hinchado y muy dolorido, así que mientras me la ponía, había algunas zonas que me estremecía de dolor de que pasara la mano, aunque ya fuera de manera muy tierna. Ya me dejó tumbarme normal boca abajo y continuó masajeándome un poco más el trasero y esa sensación ya me empezó a calmar un poquito más. 


Me levanté, me subí el pantalón y las braguitas y me puse de pie lo más lejos que pude de ella con los brazos cruzados. La verdad que me sentía enfurruñada. Me dolía el culo a rabiar, encima me había dejado las uñas medio a pintar y me había quedado sin pinta uñas. Yo que para un día que venía en son de paz, mira cómo había acabado todo esto. Y ella feliz como una perdiz. 


Me pidió que me acercara a ella y le diera un beso y no quise. Así que se puso sería y tuve que ir a darle un estúpido beso. Como ella estaba ya tumbada en la cama (no se podría levantar ella, no. Quería ponérmelo más complicado aún), quise que se arrepintiera de haberme pedido el beso, así que le iba a dar uno que le diera coraje. Le puse una mano en su mejilla casi tapándole el ojo y aplastándole la mejilla y le di un beso rápido y casi en el aire. Me dijo que casi le había metido un dedo en el ojo, a lo que sin pensármelo fui a meterle un dedo en el ojo de verdad, lo que pasa que ella se apartó y no le dio. Se volvió a enfadar de nuevo y cogió una regla de aluminio que tenía allí y me dio unos cuántos azotes extras en el culo y después me dijo que pusiera la palma de la mano para arriba que me iba a pegar en las manos. Odio que me peguen en las manos porque el dolor es muy agudo y duele mil. Al segundo azote en la mano derecha ya me temblaba el pulso. Aún así le dio exactamente igual y me azotó las dos manos varias veces. Mi estúpida alma de brat, volvió a hacer de las suyas y es que pienso que es un poco suicida porque se pone a maquinar cosas malas en los peores momentos. Cuando fue a darme uno de los azotes, aparté la mano y me dio la risa. A lo que eso conllevó a que me pidiera que juntara los dedos que me iba a pegar con la regla de aluminio en la punta de los dedos. Nunca me habían pegado ahí, pero sólo de pensarlo ya me dolía. Le pedí perdón desesperada y una vez más, ni caso. Aguanté sólo dos azotes de cada mano. Dios mío, que dolía eso!!! Me partió una uña y todo y me dolían las manos a reventar. Me volvió a regañar y en ese momento fue el momento clave dónde se me bajó el enfurruñamiento por el dolor que sentía. No sabía que me dolía más, si el codo dónde me había dado el azote con la vara, el culo o las manos. Se levantó y ya me dijo que ya sí habíamos terminado. Le volví a pedir perdón y le pedí que me abrazara. Necesitaba a rabiar que me quisiera en ese momento. Necesitaba sentirla a ella, necesitaba que me abrazara un rato porque me dolía todo, incluyendo además los ovarios por la menstruación y me sentía culpable por no haberle hecho caso y haberse tenido ella que ponerse así, supongo también por las hormonas de la regla. Se tumbó en la cama conmigo y estuvimos un rato abrazadas y dándonos besos y diciendo cosas bonitas. Me pegó un bajón de sueño grandísimo por todo el cansancio de haber aguantado tantos palos. No me podía quedar a dormir que al día siguiente tenía que currar pronto, así que me levanté, me despedí y me fui.


Eso pasó aquella anoche, el día de trabajo tan malo que pasé cada vez que me sentaba habia sido horrible, con una uña rota, un dedo morado, con problemas para apoyar las manos de lo que me dolían las manos.


Menos mal que todo es con amor xDD

Buenas noches y besazotes a todos!


Patty Potter 

Comentarios

  1. Gracias por compartir ese relato. Los relatos que son así profundos, son los que más nos identificamos. Porque empieza con un gesto, o un detalle y va a escalando, y la asimetría que se va marcando para los roles pero no necesariamente eso hace que la brat se calme sino todo lo contrario.
    Las emociones nos superan, como spankers intentamos mantener el control. Pero estas cosas surgen y hay que manejarlas.
    Me encantó porque me gustan los castigos reales, con motivos reales. Y Sabemos cómo el castigo puede cerrar todo, equilibrar las cosas, y que todo vuelva a ser amor y paz.

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    1. Muchas gracias me alegro que haya disfrutado de la lectura. A mí me dejó nueva jajajajaj

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