Historia de un castigo real
Era uno de estos días en el que no has dormido bien, los planes se cambian, lo que se suponía día de descanso no lo fue al final… Todo salió torcido y además se sumaba la obra del vecino que no paraba de molestar con tanto jaleo. Estos días que hasta un: "Hola" nos molesta básicamente.
Llegó la noche y por fin llegó la tranquilidad, momento en el que la Jefa y yo podíamos estar juntas a solas, sin que nadie nos molestase, pero claro yo estaba de malhumor. Cuando estoy enfadada o molesta, mi cara es un poema y se me nota montón. Estaba terminando de hacer unas cosas del trabajo con el ordenador y me vino ella a darme un beso y preguntarme si había visto Facebook. En esta red social me había puesto un mensaje bonito y romántico, que teniendo en cuenta lo empalagosa que yo soy, me dio bastante igual en ese momento. Le contesté bastante borde con un: "que sí lo había visto pero tampoco había sido para tanto el mensaje…" Tras decírselo me sentí miserable, había sido un comentario super injusto en un detalle bonito. Además, habíamos estado codo a codo con las tareas de casa a pesar que ese día había llegado muy tarde del trabajo.
Terminé mi tarea y le pregunté que quería hacer esa noche. Me dijo que quería estar conmigo y que yo decidiese el plan que ella se adaptaba. Pues en otras ocasiones que me parece romántica esa proposición, me sentó súper mal y le busqué la boca diciéndole que no tenía personalidad que porqué tenía yo siempre que elegir… se quedó atónita al escucharme y no entendía porqué estaba así. Insistió que yo podía elegir el plan, así que decidí que ella se fuera a la cama, ella quería estar conmigo así que me fui con ella pero de mala gana.
Puse una serie que sabía que le gustaba a ella y me di media vuelta sin tocarla. Después del silencio incómodo le pregunté si estaba enfadada conmigo y me dijo que sí, que no entendía el porqué de mi actitud. Estuvimos hablando y yo cada vez me calentaba más y le contestaba peor, así que me cogió fuerte de un pezón y me dijo que me bajara ya, que ella estaba siendo amable para la actitud que yo estaba teniendo y ahí fue cuando me subí del todo. Le dije que ella no mandaba en mí, que me dejara en paz y empezamos a luchar y yo a tocarle los cojones básicamente. La empujé, le intentaba morder, ¡una lucha libre en toda regla en la cama!! a lo que me cogió del pelo, me redujo, se subió encima de mí muy autoritaria y me empezó a azotar con la mano bien fuerte. Me empecé a girar y a tirarle pellizcos para que se bajara de estar encima de mí y cogió un calzador de plástico (lo único que tenía a mano en ese momento) y me empezó a dar muy fuerte en el culo mientras me inmovilizaba.
Sentí mucho enfado, impotencia y dolor porque me estaba dando muy fuerte. Ahí ya me tuve que bajar y disculparme porque había perdido la lucha. Le pedía que parase, que ya no le iba a buscar más la boca… y más fuerte daba. Tenía cerca una almohada y la mordí para aguantar los palos y en cuánto la mordí me vino un nudo grandísimo a la garganta y empecé a llorar. Ella pensó que me estaba riendo (yo estaba boca abajo, ella subida a horcajadas encima y no me podía ver la cara) y me dijo: encima te estás riendo?? Por lo que me dio más fuerte aún… Eso fue mano de santo para terminar de romper a llorar. A los pocos segundo se dio cuenta que no eran risas, si no llantos y paró al momento y me cogió para abrazarme. A lo que rápidamente me abracé, lloré un poco más y me preguntó que me había pasado. Toda la mala leche, todo el mal día que había tenido a través de los palos y las lágrimas se esfumaron. Sentí una liberación GRANDISIMA, como si me hubieran inyectado diazepam en vena. Era justo lo que necesitaba para relajarme. Estuvimos un buen rato abrazadas mientras ella me consolaba, me acariciaba el pelo, me besaba… Fue increíble esa sensación de amor y ternura que sentí en ese momento.
Me miró de nuevo a los ojos y me preguntó de nuevo cómo estaba y le dije: ¡¡ya me he relajado por fin!! Me disculpé por mi comportamiento y por haberle hablado mal y me dijo que fuera a por crema hidratante al baño. Cuando volví me la estuvo echando con mucho mimo y ternura que me supo a gloria. Finalmente me abrazó para dormirnos y pasé una noche de lujo súper relajada y por la mañana me levanté con las pilas súper cargadas y muy feliz.
Me encantó Patty. Es perfecta la escena, resume todas las emociones y todas las sensaciones que sentimos en esos momentos. Y la resolución impecable. Cuando alguien se pregunta de qué se trata el spanking doméstico, es exactamente esto. Que te cuiden y te contengan. Romper el ciclo de caída libre de un día malo, que todas podemos tener. Gracias por compartir
ResponderEliminarUfff me gustó mucho tu relato Patty, super honesto además... Porque cuesta poner en palabras todas esas cosas que nos pasan en esos momentos de caída libre. Y si el spanking es un juego, si quieres que lo sea pero también es eso otro. Lo real. Lo que necesitamos más de lo que queremos, aunque también lo queremos.
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